Dos
“La Paz puede parecer simple, una hermosa palabra, pero requiere todo lo que tenemos, todas las cualidades, todas las fuerzas, todos los sueños, todos los ideales elevados”
Yehudi Menuhin
Continuando con el tema de la evolución de la Paz, en este artículo hablaremos de 3 tipos de paz que son fundamentales en la construcción, establecimiento, mantenimiento y arraigo de un clima pacífico al interior de cualquier sociedad. Puedes consultar la primera parte del artículo aquí.
Estos tipos de paz son: la Paz personal, la Paz Social y la Paz Gaia, también llamada dimensión natural de la paz, toda vez que si no cuidamos de cada una de ellas, nuestros esfuerzos serán en vano, pues como ya se ha mencionado en otras ocasiones, la Paz no es un asunto de buena voluntad y/o se construye por decreto, sino que hay que trabajarla desde varias aristas.
Antes de entrar en materia, es importante recordar que la violencia no está inscrita en nuestros genes, por tanto, es posible desaprenderla y, si es nuestra voluntad, tenemos la capacidad de aprender a vivir en paz con nosotros mismos y también con los demás, incluyendo en este con los demás, lo que engloba Nuestro Amado Planeta Tierra y sus contenidos terrestres y acuáticos.
La Paz Personal
La dimensión de la Paz personal del ser humano, al igual que la dimensión natural de la paz, en las sociedades occidentales, han estado muy abandonadas por el ser humano, ya que lamentablemente las sociedades occidentales tienden a separar lo externo de lo interno, por esta razón, Fernández Herrería, considera que:
«el diálogo intercultural podría eliminar esas fallas de percepción».
Afortunadamente en estos momentos y gracias a los grandes avances que ha tenido la ciencia en las últimas décadas, ahora sabemos que los seres humanos sólo estamos separados en apariencia, y que en esencia todos somos uno, por lo que se dice que lo que afecta o beneficia a uno, afecta o beneficia del mismo modo al conjunto de la humanidad, situación que se hace extensiva hacia Gaia y sus contenidos como planeta vivo que es, de ahí que resulte trascendente en esta etapa de la historia de la vida humana, el desarrollo de la paz personal, pues lo interno en lo emocional y mental es lo que cada uno de nosotros damos y proyectamos al mundo, por lo que es posible afirmar sin temor a equivocarnos que la paz personal, es la paz del mundo.
Por esta razón, resulta relevante, la necesidad de entender que lo social y lo individual no son procesos separados, sino un sólo proceso, el que a decir de Alfonso Fernández Herrería, es:
“Total, único: el interior, psicológico, expresándose a sí mismo como exterior, social; y éste reaccionando de nuevo sobre lo interior, condicionándolo. Así pues, sólo existe un único movimiento de ida y vuelta, de flujo y reflujo, inseparable. La división de este movimiento (de alguna manera) es ilusoria, ya que la vida es una totalidad no fragmentada, un proceso unitario.”
De ahí la necesidad de ampliar y expander nuestra conciencia personal, de tal modo que sea capaz de crear y generar una cultura de paz interior como requisito para el establecimiento de la Cultura de Paz Social alrededor del mundo.
Pues de no hacerlo, continuaremos como hasta hoy, como bien lo ha expresado Raimon Panikkar, quien ha dicho:
“La ausencia de paz interior alimenta guerras frías de todo tipo y da lugar a competiciones que acaban en derrotas, las cuales desencadenan en toda clase de revanchas, declaradas o no. Por otra parte, es imposible gozar de verdadera paz interior cuando nuestro entorno humano y ecológico sufre violencias e injusticias […]. La paz no lleva consigo la homogeneización de todas las cosas (sino) la participación en el ritmo constitutivo de la realidad y la contribución armónica (con) este mismo ritmo, (ya que) nosotros también somos responsables de la armonía del universo”.
De lo anterior, se desprende que todos y cada uno de los habitantes de este planeta, tenemos la responsabilidad personal de vivir en paz con Nosotros Mismos, con el Otro, con el Planeta y con la Humanidad, por tanto, mientras no desarrollemos esa paz personal, será imposible establecerla en el mundo, amén de que este tipo de paz por sí misma, conlleva a la apertura de conciencia que redunda en la vida cotidiana –entre otras cosas- en justicia, empatía y gratitud, ingredientes personales de los que suele adolecer nuestra humanidad, sobre todo la educada a la usanza occidental.
Asimismo, esa paz interior, irá llevando al ser humano a la concienciación de las implicaciones de sus actos, lo que le permitirá establecer la justicia y la ética personal como parámetros de vida, que en el tiempo derivarán en el establecimiento de la paz consigo mismo, con los demás y con todo a su derredor.
Llegados a este punto, muy probablemente nos surja una pregunta relevante y que es precisamente ¿Cómo lograr esta paz personal?, para ello se sugiere practicar disciplinas que conlleven el desarrollo de la espiritualidad, así como también la práctica de espacios de silencio interno encaminados a la armonización del ser, lo que paulatinamente le ayudará al establecimiento de su armonía física, mental y espiritual, que al mismo tiempo le aportarán un bienestar integral, dos de este tipo de disciplinas por antonomasia son: la meditación trascendental china y el yoga, principalmente en dos de sus variantes: el Hatha-yoga (o yoga físico) y el Radhja-yoga (o yoga mental), por lo que se sugiere su práctica de manera alternada,.
Es importante mencionar que la Paz Personal, se consigue a través de la práctica de espacios crecientes de silencio interno, que poco a poco van armonizando y equilibrando al ser humano, lo que le permite cada vez más y más, vivir en paz consigo mismo y con los demás.
Gandhi dijo que esta práctica llevaría al ser humano a una importante apertura de conciencia y erradicaría toda forma de violencia: directa, estructural, simbólica y cultural.
Es importante mencionar que estos espacios de silencio interno, no sólo proporcionarán al ser humano una importante apertura de conciencia, sino también, un cambio de mentalidad y de expansión mental que le ayudarán a empezar a identificar con claridad, de qué manera afecta con su proceder la vida de los demás, lo que indefectiblemente se convertirá en un dique que no le permitirá dañar de ninguna manera a los demás.
Finalmente hay que decir, que la práctica de estos espacios de silencio interno se pueden realizar desde la más temprana edad hasta la adultez, es decir a cualquier edad y es muy fácil hacerlo.
La Paz Social
Según Alfonso Fernández Herrería:
“La dimensión social de la paz, conforma (junto con las demás), una nueva dimensión de las paces distinguibles pero no separadas de una concepción integral de paz.”
Por tanto, esta dimensión se produce basada en el desarrollo humano sustentable de los seres humanos y de los pueblos, ya que al ser sustentable, no limita el potencial de satisfacción de las necesidades y de los derechos de las generaciones presentes y futuras, de ahí que este desarrollo deba ser garantizado para todos los seres humanos, pues como dice, el mismo autor, en un mundo sistémico, no pueden existir islas.
La Paz Gaia
En 1979, el científico químico atmosférico y médico planetario británico James Lovelock, formuló la Hipótesis Gaia, que en el tiempo evolucionó y se convirtió en la Teoría Gaia y en la tesis convencional de lo que actualmente es la Ciencia del Sistema Tierra, que en sus inicios se llamó Geofisiología.
La Ciencia del Sistema Tierra, es una ciencia avocada a estudiar al planeta de «arriba abajo», es decir, desde un «enfoque holístico», que ha permitido identificar que la Tierra se comporta como una entidad dinámica y única en donde las partes vivas y las inertes se encuentran en estrecha relación, ignorando las divisiones tradicionales entre las ciencias de la vida y de la Tierra, de ahí que la vida como tal, en esta nueva ciencia, carezca de una definición, aunque es posible encontrar definiciones en otras ciencias, tales como la física, la química, la biología, la bioquímica, el neodarwinismo, etcétera.
Lovelock considera que esta nueva ciencia permitirá establecer la práctica de la medicina planetaria.
Gaia es el nombre con el que los antiguos griegos llamaban a la Diosa de la Tierra, que era cariñosa, femenina y nutridora, pero también despiadadamente cruel con cualquiera que no viviera en armonía con el planeta.
En el caso concreto de la Tierra, Lovelock, ha dicho que:
“Cualquier especie que afecta negativamente al medio ambiente, haciéndolo menos favorable, a la larga será expulsada [….].”
La Hipótesis GAIA, fue completada en 1981, de manera conjunta con la microbióloga norteamericana Lynn Margulis, ella y Lovelock, llegaron a la conclusión de que la biosfera es un sistema de control activo y adaptable, capaz de mantener a la Tierra en homeostasis, es decir, que es la vida misma la que crea las condiciones favorables para su propia existencia, haciendo el entorno, conformándolo y cambiándolo y este a su vez, retroalimenta a la vida que se desarrolla y cambia en dicho entorno, por tanto el planeta Tierra se comporta como cualquier ser viviente y en una constante interdependencia-vinculación-retroalimentación de redes complejas de los sistemas vivos con los no vivos: microorganismos, plantas y animales con el suelo/tierra, océanos, atmósfera y biósfera terrestre, con lo que se unen: geología, microbiología, química atmosférica y biología, en donde todo en conjunto se comporta como un organismo único para mantener la vida.
El planeta no funciona como un ente aislado, sino en íntima interrelación con los seres vivos y los no vivos, lo que crea un mundo de sistemas interdependientes y dinámicos, lo que demuestra no sólo que la tierra o Gaia, es un organismo vivo, sino en íntima interrelación con todo lo que en ella existe, y que subsiste gracias a sus propios mecanismos de autorregulación, pero si se altera el medio ambiente de modo significativo, el medio ambiente se altera más allá de la capacidad de regulación que tiene el planeta, y entonces, un mecanismo de homeostasis de Gaia es lo que la ha venido haciendo que se coma a sus hijos, como medida preventiva de autorregulación y saneamiento interno.
Para sanar a Gaia, Lovelock ha propuesto la aplicación de una medicina planetaria, ante el cambio climático global del planeta, que ha venido causando desde hace algunos años, desequilibrios ambientales globales, lo que implica un cambio de percepción y de valores, en donde el ser humano debe, por un lado, tomar conciencia de que en esencia todos somos uno, (divididos y fragmentados sólo en apariencia), y por el otro, que lo que afecta a uno positiva o negativamente, tarde o temprano afecta del mismo modo al conjunto de la humanidad.
Por tanto la Paz Gaia, es la dimensión ecológica o natural de la paz, que la parte occidental del mundo tiene que recuperar, pues es claro que no será posible un desarrollo humano sostenible para toda la humanidad, si no se respeta y se tiene en cuenta al Planeta como ser viviente, y en íntima relación no sólo con toda la humanidad, sino con todo lo animado y con todo lo inanimado, es decir, con el planeta en su conjunto.