“La primera condición para la paz, es la voluntad de lograrla.”
Juan Luis Vives
La Paz Feminista
La investigación feminista sobre y para la paz, surgió a finales de la década de los años 70 y principios de los años 80, de la mano de Betty Reardon y Briggitte Brock – Utne, a la que se unió el trabajo de Linda Groff y Paul Smoker.
La paz feminista plantea la necesidad de sustituir el paradigma tradicional de seguridad nacional planteado en la Carta Fundacional de Naciones Unidas, para salvaguardar el orden y la paz mundial pues considera que lejos de cumplir con su objetivo de eliminar la violencia y la inseguridad, las refuerza y perpetúa, de ahí que se decante porque se haga una mayor inversión en la construcción de la paz alrededor del mundo como premisa de erradicación de la pobreza, la desigualdad social y el desarrollo de los países en vías de desarrollo, lo que ayudará a establecer la igualdad, la salud, la seguridad y la dignidad humana.
Para la paz feminista, la violencia no puede tener como finalidad alcanzar la paz, por lo que plantea la necesidad de sustituir el paradigma tradicional de seguridad nacional planteado en la Carta Fundacional de Naciones Unidas, por una perspectiva que garantice la seguridad individual y la dignidad humana.
A decir de Tatiana Moura, el análisis micro-social de la perspectiva feminista de la paz ha puesto al descubierto, que:
“La militarización de la sociedad, en tanto que prioridad de la seguridad nacional aceptada por la mayoría, es entendida como una manifestación visible del patriarcado, como modo de gobernación y modelo de dominación […] modelo de seguridad tradicional que mira el poder militar como mecanismo utilizado para mantener el orden mundial jerárquico.»
Las organizaciones feministas han llamado al desarme nuclear, al control del armamento y a la reasignación de fondos desde las fuerzas armadas hacia inversiones en el ámbito social, pues se invierten billones de dólares anualmente en gasto militar, ejemplo de ello, es el reporte que hizo el diario El País, en su edición del 12 de julio del 2021, en el que reporta que el gasto en este rubro durante el año pasado, fue de 1.9 billones de dólares, equivalentes a (1.55 mil millones de euros).
Es importante mencionar que la Investigación Feminista sobre y para La Paz, no acepta como válidos los estereotipos del vínculo natural entre mujeres y prácticas pacíficas, ni tampoco el de hombres y prácticas violentas, pues considera, según Tatiana Moura, que:
“Esas estructuras son las que promueven categorías conceptuales binarias que vinculan (a) los hombres con valores sociales más deseables (objetividad, razón, agresión, etc.) y (a) las mujeres con valores menos deseables (emoción, cuidado, pacifismo, etc.).”
La Paz Feminista plantea que se escuchen todas las voces y se dé inclusión plena a todos los grupos en la toma de decisiones que los afecten, en este sentido el trabajo de las organizaciones de mujeres tienen un trabajo relevante que deben cumplir, no sólo para ayudar a los grupos marginados y a las mujeres a tener acceso en los espacios de toma de decisiones, sino también para dotarlos de los recursos y la confianza que necesitan tener para participar en ellos.
El objetivo de la paz feminista es la construcción de un futuro igualitario y sostenible para todas las personas.
En octubre del 2021, se cumplieron dos décadas desde que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, emitió la resolución 1325, en el que consagró el papel esencial de las mujeres en asegurar y mantener la paz alrededor del mundo.
Por esta razón, el 29 de octubre del 2020, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, realizó un debate virtual sobre: mujeres, paz y seguridad.
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