Cualquier tipo de violencia, engendra violencia de cualquier tipo, cualquier tipo de paz, engendra paz de cualquier tipo.
La violencia de género que vivimos en México entristece, ya que, de un tiempo a la fecha, muy lamentablemente se ha recrudecido en nuestro país, lo que no quiere decir que antes no nos doliera, no la percibiéramos o no nos importara a los ciudadanos, a la sociedad.
No obstante, paradójicamente en otras partes del mundo hasta antes de la pandemia, las cárceles se habían venido cerrando por falta de delincuentes, y una vez cerradas, esos lugares se arreglaban y adaptan para convertirlos en zonas recreativas y de esparcimiento para la población, entonces, la pregunta obligada es: ¿Qué ha pasado en México?
En el artículo titulado ‘Luchar contra la marginación, la exclusión y la injustica’, hice mención a que a través de la educación, mediante el proceso de enseñanza-aprendizaje, el Estado interioriza en los educandos una serie de antivalores que se manifiestan de muchas maneras al interior de la sociedad, siendo una de ellas, la violencia directa hacia las mujeres, que se expresa en la violencia de género, es decir, en los feminicidios.
Sobre el sexismo y el machismo en México
El sexismo y el machismo en nuestro país, se han venido interiorizando a través del tiempo vía proceso de enseñanza-aprendizaje en los educandos y también a través de los medios masivos de comunicación, lo que en parte explica el tipo de sociedad que prevalece en nuestro país, es por esta razón, por la que en muchos hogares de México, se continúa relegando a la mujer la responsabilidad no sólo del hogar, sino también del cuidado y atención de los hijos, sin importar que salgan a trabajar, y también, en muchas ocasiones, no cuentan con el apoyo solidario por parte de su pareja y que cuando lo solicitan, suelen ser violentadas física, verbal, psicológica y hasta económicamente.
Sin embargo, triste y lamentablemente, tenemos que reconocer que esta educación sexista-machista e incluso la violencia de género suele ser reforzada al interior de los hogares mexicanos de muchas maneras, así se ha venido reproduciendo la sociedad machista-sexista, violenta y golpeadora que caracteriza a nuestra sociedad, y que prevalece en nuestro país.
Sobre la violencia de género
Es innegable que, en estos momentos, en el país hay muchos sentimientos de dolor, de tristeza, de sufrimiento, de enojo, de frustración, etcétera, porque la violencia del tipo que sea duele, le duele a la sociedad y la lastima, por tanto, nos duelen las niñas, nos duelen las jóvenes, nos duelen las mujeres, nos duelen las ancianas.
Como sociedad, nos duelen todas aquellas mujeres de la edad que sean, a las que les ha sido arrebatada la vida, así, de tajo, ¿en qué circunstancias?, eso es lo de menos, lo que sí importa y mucho, es precisamente eso: el que se les haya arrancado la vida, eran vidas llenas de ilusiones, de esperanzas, de anhelos, llenas de sabiduría de la universidad de la vida, vidas que quedaron sin un mañana, vidas tristemente segadas, las que al partir, dejan una estela de dolor, de sufrimiento, de tristeza, de nostalgia, de miedo, de impotencia, de desazón inenarrable por el dolor que embarga a familiares, amigos, y a la sociedad misma.
Lamentablemente, hay que decirlo, a los gobiernos de este país, poco o nada les ha importado y les importa lo que en este aspecto ha estado viviendo, sufriendo y padeciendo la sociedad en general, ya que la violencia en todas sus formas viene de años atrás y poco o nada se ha hecho para remediarla, sino todo lo contrario, de muchas maneras se ha venido exacerbando, no obstante, algo innegable en estos momentos, sin que con ello se pretenda desestabilizar o perjudicar al actual gobierno, es que, del año pasado a estas fechas, el número de crímenes se ha incrementado enormemente, de ahí, la importancia de llamar la atención sobre una ciencia social poco conocida en México y que es precisamente la Investigación para la Paz.
Otras cosas que han contribuido al incremento de la violencia de género
En este punto, habrá que analizar algunas cuestiones más, aparte del proceso de enseñanza-aprendizaje, que también pueden estar influyendo como detonantes de la violencia de género, a simple vista tenemos:
La programación televisiva, aquí es importante retomar el comentario de Alfonso Cortés Gonzáles, que habla de:
La gran capacidad que (tienen estos medios) de comunicación para transmitir valores y crear cultura (…) volviendo cotidiano todo aquello que en ellos aparece constantemente.
Considero importante hacer hincapié en la última oración de Alfonso Cortés, <<volviendo cotidiano todo aquello que en ellos aparece constantemente>> ya que este comentario se refuerza con los planteamientos de Edward Donnerstein, profesor de Comunicación y Psicología en la Universidad de California, cuya área de investigación es precisamente el impacto que tiene la violencia de los medios de comunicación en la población, quien asegura:
1. La violencia emitida por televisión contribuye a la aparición de una serie de efectos antisociales en los espectadores. 2. Hay tres tipos principales de efectos provocados por la violencia televisada. Estos son: a) Aprendizaje de actitudes y conductas agresivas. b) Insensibilidad ante la violencia y c) Temor a ser víctima de la violencia (…).
Estos planteamientos nos permiten entender por qué no sólo la sociedad mexicana es violenta, sino también otras sociedades del mundo, ya que, lamentablemente, la programación de las televisoras está plagada de escenas en donde los sentimientos, actitudes y conductas de los actores y actrices son contrarios al amor, a la vida, mismas que son introyectadas vía subconsciente, las que se plasman de muchas maneras en la vida cotidiana de niños, jóvenes y adultos.
Jerry Mander, respecto al impacto de la televisión dice:
1. Nos convertimos en lo que vemos. 2. Lentamente nos convertimos en lo que vemos. Es una de las formas básicas de aprender a ser. El proceso sigue durante toda nuestra vida. 3. Cuanta más televisión ve la gente, más se adapta su visión del mundo al mundo de la televisión. 4. La imitación de generación en generación es automática 5. De todos los efectos de la televisión, el principal es poner imágenes en nuestro cerebro. 6. Nada creativo, ninguna invención, pueden ser el resultado de ver la televisión.
Por su parte, la Doctora Debra Niehoff, sobre la violencia dice:
Los malos vecindarios, los malos hogares, y las malas relaciones producen violencia, no a causa de un salvaje deterioro del carácter moral sino por un constante deterioro de seguir adelante, a medida que el estrés desgasta el sistema nervioso, todas las salidas perpetuarán la erosión constante de la salud física y mental, perpetuarán la fatal atracción por las respuestas inaceptables.
El comentario de la Doctora Niehoff, de inmediato nos remite a pensar en la injusticia y la desigualdad social en la que está inmersa nuestra sociedad, y al mismo tiempo, en la necesidad de ayudar integralmente a los agresores, ya que, finalmente, lo más probable es que sean personas que el propio sistema ha enfermado, no sólo como consecuencia de la pauperización de su vida, lo que finalmente los convierte en víctimas de sus circunstancias y también como consecuencia del exceso de horas que posiblemente pasen frente al televisor.
Asimismo, tampoco debemos olvidar el efecto desencadenante de violencia, que tienen el alcohol y las drogas.
Por su parte, Francisco Jiménez Bautista, considera que:
La Paz y la violencia son experiencias culturales que se difunden de generación en generación.
Medidas de sanación social
Ahora bien, la pregunta obligada en estos momentos es: ¿Qué podemos hacer para sanar a la sociedad, no sólo de la violencia de género, sino de otras muchas más?
En cuanto al efecto que el proceso de enseñanza-aprendizaje puede llegar a tener en la vida de los educandos, se hace necesario replantear los objetivos del currículum oculto de la educación, que en el artículo de referencia ya he planteado, para que los profesores y las profesoras dejen de educar para reproducir todo tipo de violencias al interior de la sociedad: cultural, simbólica y estructural, y a través de él, empiecen a educar para la ternura, para la esperanza, para la felicidad, para la resolución noviolenta de conflictos y para el desarrollo de la paz personal, pues es claro que el ser humano, al ser una entidad bio-psico-social, las inarmonías de su vida personal le provocan no sólo enfermedades en el cuerpo, sino también trastornos emocionales.
Por tanto, la educación como parte medular de la sociedad, debe velar por la construcción de sociedades democráticas convivenciales que fomenten la igualdad, la justicia y la generosidad y rechacen la violencia en todas sus formas.
Como ya lo he dicho en otras ocasiones, hay varias vías para el establecimiento de la paz personal y una de ellas es la práctica del yoga, en 2 de sus versiones: Hatha-yoga, que proporciona salud física y el Radha-yoga, que proporciona salud mental.
Ramiro Calle, por su parte, dice que la práctica de las técnicas del yoga, tienen la finalidad de prevenir desórdenes psicosomáticos, como consecuencia de que:
Regulan y armonizan los principios vitales (aire, temperatura y linfa) en el cuerpo, en tanto que ponen condiciones para la contención del pensamiento alborotado y para el sosiego de la mente. Del equilibrio psicosomático deviene la perfecta quietud. El aprovechamiento óptimo de la energía, la adecuada e inteligente ejercitación del cuerpo, la estabilización de la mente, el cultivo de las actitudes anímicas sanas, todo ello activa las fuerzas naturales curativas del cuerpo-mente y previenen contra el desorden
Asimismo, se hace necesario empezar a utilizar el fuerte impacto que tienen los medios de comunicación masiva, para potenciar y provocar otro tipo de actitudes y conductas en el ser humano, regulando y reprogramando todo aquello que tiene que ver con la transmisión de violencia y antivalores, principalmente relacionados con la programación televisiva para niños/as, jóvenes y adultos, así como también con publicidad, videojuegos, juegos, canciones y redes sociales.
En cuanto a los desastres personales, familiares y sociales que en muchos sentidos provocan la injusticia y la desigualdad social, se vuelve indispensable reprogramar de inmediato, las políticas públicas, sociales, educativas, de salud, etcétera, buscando encaminarlas para terminar en el menor tiempo posible con los lastres sociales que llevamos a cuestas, de tal modo que a la brevedad posible, dejen de lacerar la vida de los seres humanos cercanos y por consiguiente, también la de la sociedad.
Importancia de trabajar a favor de La Paz
Por todo lo anterior, considero de suma importancia, que en México, se empiece a trabajar para crear, desde todos los ámbitos posibles, una Cultura de Paz y Noviolencia, teniendo en cuenta que la paz no se crea pronunciándola, escribiéndola, de buena voluntad y/o por decreto, pues en su construcción y detonante, confluyen varias aristas en las que es necesario trabajar, pues mientras no lo hagamos, la sociedad continuará siendo injusta y desigual, en la que se gesta y de la que emanan todo tipo de violencias, entre ellas la violencia de género.
Para empezar a trabajar a favor de una Cultura de Paz y Noviolencia, propongo la creación del Instituto Nacional de Investigación para la Paz, con sedes en todo el país, ya que como hemos visto hasta hoy, la Investigación para la Paz tiene otra mirada sobre los problemas que tanto aquejan a la sociedad, y sus propuestas siempre están encaminadas a la solución de los problemas, buscando siempre, mejorar la vida social..
Felicidades me parece muy valioso el artículo y ojalá algún día el gobierno mexicano sea sensible y pueda México contar con un instituto como este,si no habrá que ir viendo otras opciones
Gracias Jacintito por tu comentario, ojalá algún día trabajar para instaurar una Cultura de Paz en México, deje de ser un sueño y pase a convertirse en realidad, gracias, besitos